¿Quién soy?
Mi nombre es Silvia Marte, soy una artista visual feminista que utilizo la fotografía como herramienta de denuncia y cambio social, para desafiar prejuicios culturales y patriarcales.
Confío en el inmenso poder de la imagen para visibilizar abusos e injusticias. Así como en la gran fuerza fruto de la unión de mujeres, de nuestros relatos individuales, que juntos crean testimonios universales incuestionables.
Creo que todas las personas merecen una vida digna.
Con Vulnerables quiero contar las historias que hay detrás de la violencia obstétrica. Poner rostro y unir las voces de mujeres que hemos sido víctimas en uno de los momentos más vulnerables de nuestra vida.
Entre todas podemos poner luz a tanta oscuridad.
Como emprendedora, codirijo junto con David de Flores desde hace casi 10 años La Cámara Roja, espacio fotográfico de referencia en la Región de Murcia que aúna diferentes servicios en torno a la fotografía como escuela, laboratorio digital y analógico, galería, editorial y productora audiovisual.
También soy madre a tiempo completo de Tristán e Indira y a tiempo parcial de Lucía y Sofía, quienes son TAMBIÉN SIN NINGUNA DUDA los grandes proyectos de nuestra vida.
Mi motivación
Vulnerables nace de mi propia experiencia personal como madre y como víctima de violencia obstétrica.
Mi motivación e implicación es grande, ya que este proyecto es el fruto de experiencias y conocimientos acumulados durante los últimos 7 años.
Durante ese período de tiempo he vivido un aborto y he dado a luz en dos ocasiones. En ambas, he sentido más miedo de lo que me pudieran hacer en el hospital, que del parto en sí.
Durante estos procesos, en demasiadas ocasiones estando en un entorno hospitalario, me he sentido en un lugar hostil, sin entender por qué se actuaba de ese modo.
Al recabar toda la información posible para enfrentarme a ambas experiencias, mi asombro y horror fueron colosales al descubrir la profunda brecha que hay entre lo que necesita una mujer y un bebé en ese momento clave en la vida de ambos, y la realidad de la asistencia hospitalaria que reciben.
A su vez, identifiqué que las mujeres de mi entorno también se sentían maltratadas en estos procesos y que difícilmente querían hablar de ello.
En el estudio retrataba a mujeres embarazadas que más tarde volvían con sus bebés en brazos y parecían rotas y quebradas, observé en ellas ese mismo dolor que tan bien conocía.
En una de las fotografías aparezco junto a mi abuela, mi madre y mi hija. Imagen que tiene un enorme significado para mí. En ella veo la maternidad a través del tiempo. Tras mi abuela está sentada su madre y así una cadena infinita que nos incluye a todas.
Esa fotografía habla de la repetición de patrones que nos violentan y oprimen, que nos vulneran. Pero también habla de amor, responsabilidad, futuro y esperanza, de tomar acción y abrazar lo que realmente importa. De revolución y cambio.
Escuchar a todas las mujeres valientes que forman Vulnerables ha sido muy emocionante y me han hecho recordar a nuestras hermanas, las sufragistas y a todas las mujeres que, con su valor, han conseguido que hoy podamos disfrutar de derechos que nos eran negados.
Considero que Vulnerables ya es parte de la historia del feminismo. Una historia que hoy puja con muchísima fuerza para exigir la eliminación de las desigualdades estructurales entre mujeres y hombres, y la revisión de nuestra responsabilidad tanto individual como colectiva.
